By Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.
It has been repeatedly said that the American people are the only ones who could perform the Herculean task of bringing down the most powerful and bloodthirsty empire ever known to humankind. Humanity anxiously hopes to see the US people act, and will provide the solidarity they would have earned.
The frequent US asymmetric wars against countries incomparably poorer and militarily weaker than the only superpower have awakened the humanitarian consciousness of many Americans who have strongly demonstrated solidarity with these abused peoples.
The continuous embarrassing exposure of prisoners’ human rights violations – including torture and serious indignities– in US public or secret prisons scattered around the world, have awakened the awareness of millions of Americans who condemn such injustice.
However, as a result of the manipulation and deceit they are subjected to in their religious faith, or the naivete that for years has been instilled by the media dominated by corporate and banking elites, Americans have been impregnated –for more than a century– with the influence of a neo-conservative policy with fundamentalist traits that today some consider their national feature.
After the collapse of the USSR and the European socialist bloc –which meant the end of the Cold War– the US government intensified its economic war against Cuba, a country that had remained as a thorn in the throat of imperialism.
With new laws, there was a better definition of the set of tools aimed at the economic and financial drowning of the island. There were also other measures whose goal was to “cause shortages, suffering, and the overthrow of the Cuban government” –as originally defined, more than half a century ago, by the objectives of the US blockade, euphemistically called an “embargo”.
Fidel Castro, called on the Cuban people to “tighten their belts” and prepare for shortages and greater sacrifices. Cubans responded by closing ranks around the leader of the Revolution. The results of their heroic resistance can be seen today. Reason, justice, and patriotism were victorious. The internationalist solidarity of countless people around the world who stimulated the success of the Cubans with their sincere help has also been victorious.
A uni-polar world followed the end of the Cold War. A single superpower tries to impose its selfish interests on the rest of the planet. The neoliberal globalization imposed on the world’s peoples, with its consequences of hunger, disease, illiteracy, environmental degradation, discrimination, and many other ills of humanity. This proves that it is not geographical fatalism, or an alleged racial inferiority, but the very essence of the bourgeois order that determines these evils in human societies.
Neo-liberalism, the order which the North spreads, imposes on the South, and recommends itself as a panacea for all the misfortunes of humankind that which is precisely the basic cause of the great evil and cruel abandonment suffered by the peoples living in the poor countries, and the poor who live in the rich countries.
Neoliberal capitalism, with its praise and proclamation of the market –not the human being– as the absolute axis for the functioning of society, has increased poverty and expanded inequalities on a universal scale. Constantly generating crises, the capitalist order tries to ignore the asymmetries it causes, and always manages to unload its effects on the humble people of the planet.
The capitalist system of relations, instead of calling for cooperation and solidarity, calls for competition, selfishness and the law of the richest.
With Bernie Sanders’ campaign for nomination as Democratic Party candidate in the United States presidential election, Americans have begun to hear about many things that were not mentioned in the recent past.
Sanders offers to end nearly four decades of neo-liberal policies. He condemns Wall Street greed, the corruption of the electoral and political systems, and the stealing of the futures of young people and American workers. He recalls the glorious struggles for equality, civil and labor rights, and the rights of immigrants.
These are things not heard in the United States for a long time. Let’s hope they are a prelude to a change that only the US people can promote.
April 26, 2016.
Por Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
El pueblo de Estados Unidos -se ha dicho muchas veces- es el único que podría llevar a cabo la titánica hazaña de hacer caer al imperio más poderoso y sanguinario que haya conocido la humanidad, que espera ansiosa ver a ese pueblo actuar para ofrecerle la solidaridad a que se hará acreedor.
Las frecuentes guerras asimétricas de Estados Unidos contra países incomparablemente mucho más pobres y militarmente débiles que la superpotencia única, despertaron la conciencia humanitaria de muchos estadounidenses que se ha manifestado enérgicamente en solidaridad con estos pueblos abusados.
La continuada exposición de vergonzosas violaciones de los derechos humanos de prisioneros, incluyendo torturas y gravísimos vejámenes en cárceles públicas o clandestinas estadounidenses diseminadas por el mundo, despertaron la conciencia de millones de estadounidenses que condenaron tales injusticias.
Sin embargo, como resultado de la manipulación y el engaño a que han estado sometidos en su fe religiosa o por la ingenuidad que durante años han inculcado en el ciudadano común de ese país los medios de publicidad y de prensa dominados por la élite corporativa y bancaria, los estadounidenses han sido sometidos durante más de un siglo al influjo de una orientación política neoconservadora con proyecciones fundamentalistas, que algunos consideran hoy su característica nacional.
Tras el derrumbe de la URSS y el bloque socialista europeo, que significó el fin de la Guerra Fría, el gobierno de Estados Unidos intensificó su guerra económica contra Cuba, que quedó como una espina en la garganta del imperialismo.
Con nuevas leyes, la codificación del conjunto de instrumentos destinados a ahogar económicamente a la isla y otras medidas dirigidas a “provocar escaseces, sufrimientos y el derrocamiento del gobierno cubano” según fueron definidos originalmente, más de medio siglo antes, los objetivos del bloqueo que Estados Unidos eufemísticamente llama “embargo”.
Fidel Castro, llamó al pueblo a “apretarse los cinturones” y prepararse para carencias y sacrificios mayores. Los cubanos respondieron cerrando filas en torno al líder de la Revolución y ya se han podido ver los resultados de la heroica resistencia. Triunfó la razón, la justicia, el patriotismo. Venció también la solidaridad internacionalista de innumerables personas en todo el mundo que han estimulado la proeza de los cubanos con su ayuda sincera y, por ello, son también dueños del éxito.
El mundo unipolar que siguió al fin de la Guerra Fría, con una única superpotencia que imponiendo sus egoístas intereses al resto del planeta y la globalización neoliberal impuesta a los pueblos, con su secuela de hambre, enfermedades, analfabetismo, degradación ambiental, discriminación, y tantos otros males que sufre la humanidad, puso de manifiesto que no es el fatalismo geográfico, ni una supuesta inferioridad racial, sino la esencia misma del orden burgués lo que determina estos males en las sociedades humanas.
El neoliberalismo, ordenamiento que el Norte disemina, impone en el Sur y recomienda como panacea para todas las desventuras de la humanidad, es precisamente la causa fundamental de los grandes males y los crueles desamparos en que viven los pueblos de los países pobres y los pobres en los países ricos.
El capitalismo neoliberal, con su proclamación del mercado y no del ser humano como eje absoluto del funcionamiento de la sociedad, ha multiplicado la miseria y ampliado las desigualdades a escala universal. Generador constante de crisis, el orden capitalista pretende ignorar que son las asimetrías las que las provocan y se las arregla siempre para descargar sus efectos en las personas humildes del planeta.
El sistema capitalista de relaciones, en vez de convocar a la cooperación y la solidaridad, llama a la competencia, el egoísmo y la ley del más rico.
Con la campaña de Bernie Sanders por lograr incluirse como candidato del partido demócrata en las elecciones presidenciales de Estados Unidos, los estadounidenses han comenzado a oír hablar de muchas cosas que no se mencionaban en el pasado reciente.
Sanders ofrece poner fin a casi cuatro décadas de políticas neoliberales. Condena la avaricia de Wall Street, la corrupción del sistema electoral y político, y el robo del futuro de los jóvenes y de los trabajadores estadounidenses. Recuerda las gloriosas luchas por la igualdad, los derechos civiles y por los derechos laborales y de los inmigrantes.
Son cosas que no se escuchaban hace mucho tiempo en Estados Unidos y que ojalá fueran la antesala de un cambio que solo a los estadounidenses corresponde promover.
Abril 28 de 2016.
By Manuel E. Yepe
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A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.
Any reasonably sane person would assume that after the recent public acknowledgment by US President Barack Obama of the foreign policy errors that are implicit, and even explicit, in his efforts to normalize political relations with Cuba, there would be a process of apologies and explanations for the big and small lies that the immense defamation apparatus of Washington has spread about Cuba around the world, trying to justify its economic, commercial and financial blockade against the rebel island.
Even in the simplest parts of the propaganda war against Cuba, we find evidence of the lies with which the smear campaign has sought to support its purposes –to the embarrassment of honest Americans who are becoming aware of the truth- as the curtain is drawn aside as a result of the timid measures that the White House has taken citing legal incapacity to eliminate the shameful blockade.
An example of this is provided by José Manzaneda, site coordinator of Cubainformación that originates in Spain and is dedicated to promoting solidarity with the island on the Internet. Manzaneda recalls one of the many deceitful facets of the propaganda campaign against Cuba that somehow now clashes with the truth.
Cuba has rock bands in all genres –from heavy metal to hardcore, death metal, alternative rock and punk. The Caribbean country hosts local and international groups that take part in thirteen festivals of rock music (Caimán Rock, Brutal Fest, Festival Metal HG among them) and has a unique experience in the world: a state-owned Cuban Rock Agency devoted to the promotion, distribution and hiring of rock bands. Despite this, during the recent Havana concert by the English band the Rolling Stones, the US-financed media from around the world devoted extensive space to promote their stale falsehoods against Cuba.
Manzaneda notes that Spanish channel La Sexta, in its coverage of the Stones’ artistic visit, said “Cuba has vibrated to the sound of those “Satanic Majesties” (…) and showed their trademark tongue after 40 years of rock censorship in the island “.
Another Spanish channel, Cuatro, repeated the same nonsense about the alleged “censorship” that Cuba applied to the music of the British band “whose music had been banned in Cuba until now”.
The same lie was repeated by Antena 3, another Spanish channel: “The Rolling Stones displayed their energy in the same island where their sound was banned until recently.”
Other media did not go that far but repeated over and over the same message: not now, but for decades the Cuban Revolution “censured”, “discriminated” or “banned” rock “.
Meanwhile, the international corporate media insisted on another message openly more counterrevolutionary: the concert was due to a supposed transition, an opening, or even a political “spring” in Cuba. “A concert that marked the cultural opening of Cuba,” said Deutsche Welle TV). “A historic event that shows the opening of Cuba to the West –that albeit slow, is already unstoppable.” (Cuatro TV).
In almost all news reports, this great concert was linked to the absurd events and incomprehension towards rock that occurred in Cuba in the 60s. But the reality is that if the Rolling Stones and other big bands did not act earlier on the island it was not due to obstacles from Cuba other than economic. There were big free concerts in Havana, like the Manic Street Preachers in 2001 and Audioslave in 2005. All of these, as with the Stones now, were funded by the artists themselves.
Manzaneda recalls: “It is not Cuba that has made a cultural opening to the world. What has really changed is that the US government and its accompanying media have modified their policy of aggression against Cuba. And now, for a band like the Rolling
Stones, performing on the island they are no longer at high risk of reprisals and
smear campaigns; but rather the opposite.”
It is true that in the early years of the Revolution, and until the mid 70s, rock and English language were not broadcast by Cuban radio stations as part of an inexperienced and naive defensive reaction against the huge cultural aggression promoted and financed by the United States.
In those years, Cubans certainly committed many errors of this type, including their dislike of persons that were then, and remain today, idols of US American youth, who were inspired precisely by the ideals and struggles of Cuban youth and their leaders, such as Fidel Castro and Che Guevara.
April 22, 2016.
Por Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
Cualquier persona medianamente sensata podría suponer que, tras el reciente reconocimiento público por el Presidente de Estados Unidos, Barack Obama, de los errores de su política exterior que están implícitos, e incluso explícitos, en su propósito de normalizar las relaciones políticas con Cuba, ocurriría un proceso de disculpas y justificaciones por las grandes y pequeñas mentiras que sobre Cuba ha difundido por el mundo el inmenso aparato de difamación de Washington, pretendiendo justificar su bloqueo económico, comercial y financiero contra la isla rebelde.
Hasta en las más simples piezas de la guerra propagandística contra Cuba hallamos elementos demostrativos de las falsedades con que la campaña de infundios ha pretendido fundamentar sus propósitos, para vergüenza de los estadounidenses honestos que se van enterando de las verdades a medida que se descorre el telón por efecto de tímidas medidas que la Casa Blanca ha tomado, alegando incapacidad jurídica para eliminar el bochornoso bloqueo.
Un ejemplo de ello lo ofrece José Manzaneda, coordinador del sitio “Cubainformación” originado en España, dedicado al fomento en Internet de la solidaridad con la isla, quien recuerda una de las muchas facetas embusteras de la campaña propagandista contra Cuba que de alguna forma choca ahora con la verdad.
Habiendo en Cuba bandas de rock en todos sus géneros -desde el heavy metal al hardcore, pasando por el death metal, el rock alternativo y el punk- y siendo el país caribeño sede de agrupaciones locales e internacionales que participan en trece festivales de este tipo de música (Caimán Rock, el Brutal Fest, Festival Metal HG, entre ellos) y donde existe, como experiencia única en el mundo, una Agencia Cubana del Rock, de propiedad estatal, dedicada a promover la distribución y contratación de bandas de rock, — durante el reciente concierto en La Habana de la banda inglesa de los Rolling Stones, la prensa financiada desde Estados Unidos en todo el mundo dedicó extensos espacios a su pretensión de justificar sus añejas falsedades contra Cuba.
Manzaneda hace notar que en el canal español La Sexta, en su cobertura sobre esa visita artística, dijo que “Cuba ha vibrado al son de esas “satánicas majestades” (…) enseñando su característica lengua por esos 40 años de censura del rock en la Isla”.
Otro canal español, el Cuatro, repetía este mismo disparate, refiriéndolo a la supuesta “censura” que Cuba aplicaba a la música de la banda británica “cuya música había estado prohibida en Cuba hasta ahora”.
La misma mentira repetía Antena 3, otro canal español: “Los Rolling Stones desplegaron su energía en la misma Isla donde sus acordes estaban prohibidos hasta hace poco”.
Otros medios no llegaban a tanto pero “repetían, con precisión machacona, un mismo mensaje: ahora no, pero hace décadas la Revolución cubana “censuró”, “discriminó” o “prohibió” el rock”.
Al mismo tiempo, los medios corporativos internacionales insistían en otro mensaje más directamente contrarrevolucionario: el concierto se debió a una supuesta transición, una apertura o incluso a una primavera política en Cuba. “Un concierto que marcó la apertura cultural de Cuba”, decía Deutsche Welle TV). “Un evento histórico que demuestra que la apertura de Cuba hacia Occidente, aunque lenta, es ya imparable” (Cuatro TV).
En casi todas las noticias se asocia este gran concierto con los absurdos e incomprensiones hacia el rock que ocurrieron en los años 60 en Cuba. Pero la realidad es que si los Rolling Stones y otras grandes bandas no actuaban antes en la Isla no era por obstáculos desde Cuba que no fueran los económicos. Hubo grandes conciertos gratuitos en La Habana, como el de Manic Street Preachers en 2001 y el de Audioslave en 2005. Todos, como ahora el de los Stones, han sido costeados por los artistas.
Manzaneda recuerda: “No es Cuba la que realiza una apertura cultural al mundo. Lo que ha cambiado realmente es que el Gobierno de Estados Unidos y los medios de comunicación que le acompañan han relajado su agresión política a Cuba. Y ahora, para una banda como los Rolling Stones actuar en la Isla ya no supone un alto riesgo de represalias y campañas de desprestigio. Sino más bien todo lo contrario”.
Es cierto que en los primeros años de la Revolución y hasta mediados de la década de los 70, el rock en idioma inglés no era programado en las emisoras de radio cubanas como parte de una reacción defensiva inexperta e ingenua ante la magnitud de la agresión cultural promovida y financiada por Estados Unidos.
En aquel período los cubanos ciertamente cometieron no pocos errores de este carácter, incluyendo su ojeriza ante figuras que constituían entonces, y siguen siendo hoy, ídolos de la juventud norteamericana que se inspiraron precisamente en los ideales y las luchas de la juventud cubana y en sus líderes, como Fidel Castro y Che Guevara.
Abril 22 de 2016.
By Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.
2016 is an extremely tense year for Cuba’s tourism industry. The island has had to face many challenges arising from the need to respond to a surprisingly high number of visitors. This was caused by the coincidence of a series of factors that turned the country into the absolute star of the leisure industry in the Caribbean and a “fashionable” destination on a world scale, with the successive visits of celebrities, including the President of the United States with his family, which attracted immense publicity.
Paradoxically, the US government has maintained gigantic campaign against Cuba, for seven decades, with the support of all the resources of its espionage and subversion agencies. As well, Washington has had the open complicity of their capitalist satellites around the world.
This has been recognized as the most intense, prolonged and costly libelous campaign launched against any nation in the history of the planet. This policy contributed to the intensification of global curiosity about this small country and its people which was so persistent and determined to decide its own destiny despite a hostile global context.
A basic factor in the sudden success has been, obviously, the sustained development of the tourism industry designed by the Cuban government more than twenty years ago. Its goal was to cope with the effects of US policy. The economic blockade –still in place– imposed by the United States against the Island,was aggravated by the disappearance of the Soviet Union. The USSR was a bastion of solidarity in the economic field for the resistance of Cuban against the ravages of Washington’s imperialist policy.
At the end of December 2015, it was reported that, in the course of that year, the total number of visitors to Cuba had surpassed the three and a half million. This was by far the highest figure in the country’s history with a growth over the previous year that also amounted to a historical record.
This result was obtained despite the fact that Cuba remains the only country where citizens of the United States –the natural and traditional source of visitors to the island for historical and geographical reasons– are forbidden by US law to travel to Cuba as tourists. This prohibition has been in force for over half a century.
It is true that this prohibition began weakening when the United States proclaimed a policy called “people-to-people”. The aim of that policy was to allow certain categories of citizens to visit Cuba on the assumption that this would stimulate the exodus of Cubans from their country once they learned of the “benefits of capitalism.”
Cuba accepted the challenge –even knowing its hostile purposes– with the certainty that it would provide an opportunity to dismantle, through these exceptionally authorized travelers, the falsehoods of Washington’s great disinformation campaign against Cuba. Cuba aimed to turn the “people-to-people” policy around into a boomerang against its promoters in Washington as it has turned out to be.
The sudden growth of international arrivals has not only been due to the increase in visitors from the US who are exceptionally authorized by Washington and who require special authorization be granted for twelve categories of US citizens. Apart from a certain flexibility in the application of these requirements, after the official announcement of Obama’s visit to Cuba, there has also been a significant growth in the number of visitors from Canada, Europe, Asia and Latin America.
However, the phenomenon of such a broad acceptance of the Cuban tourist product
has brought out much evidence of the shortcomings in the infrastructure of the island’s tourist sector. These are not only in hotel capacity, transportation and distribution of food, but also in quality of services and the lack of some essential supplies for the development of an industry that demands many unique services for very demanding consumers.
According to Zane Kerby, President of the American Society of Travel Agents (ASTA), “at least two million US Americans could visit Cuba in 2017, if Congress finally votes to lift the current restrictions.
To manage this increase in a sector that is accurately identified as the engine of the economy and that now faces new challenges derived from the complex international scenario, Havana and Washington have decided to restore their diplomatic ties despite the persistence of significant differences in both their political views and principles.
April 7, 2016.
Por Manuel E. Yepe
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Para Cuba, 2016 está siendo un año extremadamente tenso en su industria del turismo. La isla se vio obligada que encarar un cúmulo de retos derivados de la necesidad de responder a una demanda sorpresivamente elevada de visitantes por efecto de la coincidencia de una serie de factores que convirtieron al país en vedette absoluta de la industria del ocio en el Caribe y destino “de moda” a escala mundial, con la visita sucesiva de un buen número de celebridades diversas, incluyendo la del Presidente de Estados Unidos con su familia, que concitó una inmensa publicidad.
Paradójicamente, la gigantesca campaña contra Cuba que ha mantenido el gobierno estadounidense con apoyo de todos los recursos de sus agencias de espionaje y subversión, con la abierta complicidad de sus satélites del capitalismo en todo el mundo durante siete décadas -reconocida como la más intensa, prolongada y costosa campaña difamatoria contra cualquier nación en la historia del planeta- contribuyó a la intensificación de la curiosidad mundial por conocer ese pequeño país y su pueblo tan persistente y decidido a darse su propio destino pese a un contexto mundial tan hostil.
Factor básico del éxito repentino ha sido, obviamente, el desarrollo sostenido de la industria del turismo diseñado por el gobierno cubano desde hace algo más de una veintena de años a fin de hacer frente a los efectos del aun vigente bloqueo económico impuesto por Estados Unidos a Cuba, agravado éste por la desaparición de la Unión Soviética, bastión solidario en el terreno económico de la resistencia de los cubanos frente a los embates de la política imperialista de Washington.
A fines de diciembre de 2015 se conoció que, en el curso de ese año, el total de visitantes a Cuba había superado la cifra de tres millones y medio, por mucho la más alta en la historia del país, con un crecimiento respecto al año anterior que igualmente constituía record histórico.
Este resultado se obtuvo no obstante el hecho de que Cuba sigue siendo el único país del mundo a donde los ciudadanos de Estados Unidos, -que son la cantera natural y tradicional de los visitantes a la Isla por razones tanto geográficas como históricas-, han tenido prohibido por el gobierno estadounidense, desde hace medio siglo, viajar como turistas.
Es cierto que esta prohibición comenzó a presentar fracturas cuando Estados Unidos proclamó una política que llamó de “pueblo a pueblo” porque su objetivo era permitir a ciertas categorías de ciudadanos suyos visitar a Cuba en el supuesto que con ello estimularía el éxodo de cubanos de su país al conocer las “bondades del capitalismo”. Cuba aceptó el reto, aun conociendo sus torcidos propósitos, con la certeza de que ello daría oportunidad para desmontar –por conducto de esos viajeros excepcionalmente autorizados- las falsedades de la gran campaña de desinformación sobre Cuba y hacer de esa política “pueblo a pueblo” un boomerang contra sus promotores en Washington , como así resultó en efecto.
Este crecimiento repentino de las llegadas internacionales no se ha debido solo al incremento de los visitantes norteamericanos
–excepcionalmente autorizados por Washington a hacerlo mediante permisos especiales previstos para doce categorías de ciudadanos de Estados Unidos. Además de cierta flexibilización en la aplicación de estos requisitos a tenor del anuncio de la visita oficial de Obama a Cuba, también se han registrado importantes crecimientos de viajeros procedentes de Canadá, Europa, Asia y América Latina.
Pero el fenómeno de la aceptación del producto turístico cubano de manera tan amplia ha traído consigo muchas evidencias de carencias en la infraestructura del sector en la isla, tanto en capacidad hotelera como en transporte y distribución de alimentos, calidad de los servicios, carencia de algunos abastecimientos imprescindibles para el desenvolvimiento de una industria que demanda muchos servicios singulares para sujetos que son consumidores muy exigentes.
Según Zane Kerby, presidente de la Sociedad Americana de Agentes de Viajes (ASTA, por sus siglas en inglés) “al menos dos millones de estadounidenses más podrían visitar Cuba en 2017, si finalmente el Congreso vota por levantar las restricciones vigentes.
Para manejar este incremento en un sector que justamente se identifica como locomotora de la economía y ahora se enfrenta a nuevos retos derivados del complejo escenario internacional, La Habana y
Washington, han decidido restablecer sus nexos diplomáticos no obstante la persistencia de sus grandes diferencias políticas y de principios.
7 de abril 2016
By Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.
Venezuela and Brazil are the scenes of a new form of coup d’état that would set the continent’s political calendar back to its worst times. Meanwhile, in Argentina, the brutal model for the demolition of democracy is set forward by the continental oligarchic right and the hegemonic forces of US imperialism who wish to impose their model in the region.
As we can see in the previews that test the memory of the peoples in the continent, it is difficult to accept that the new types of coups are actually softer and more covert than those which Latin America suffered for so long.
What has been shown so far in Argentina is no less cruel, in terms of contempt for the masses, than the coups carried out by the bloodthirsty dictatorships that sprouted in time of Operation Condor.
In Venezuela the president of the opposition majority in the National Assembly, Henry Ramos, openly declares that in view of the severity of the economic crisis, he fails to see Maduro concluding his term and adds they should put an end to Nicolas Maduro’s legitimate government within six months. Such statements did not compel the Secretary General of the Organization of American States, Luis Almagro, to formulate even the mildest rejection to such a coup-like declaration. This indicates they are returning to the era of open and brutal coups in the backyard of the United States of America.
Meanwhile, in Argentina, the newly-elected president, Mauricio Macri, moves forward the implementation of his “democratic model” with a brutal demolition of all the advances the nation had made after the collapse it suffered as a result of the neo-liberal economic and political crisis from which it had been rescued by the consecutive popular governments of Nestor Kirchner and Cristina Fernandez de Kirchner.
Argentinean writer, journalist, and researcher Stella Calloni, explains that the current coup in Argentina began the same day Macri took office. He is an extreme-right businessman who, since 2007 (according to Wikileaks) offered his services to the US embassy in Buenos Aires.
“The coup offensive began with decrees that allowed for the intervention of institutions and absolutely illegal measures, such as the appointment by decree of two judges to the Supreme Court. All economic measures favor the powerful and mark a path of exclusion for the common people,” says Calloni.
Violating the constitution and the laws, and ruling by Necessity and Urgency Decrees
(NUDs) since December 2015, Macri took a road that evidently seeks to deliver the country to the global hegemonic power and the destruction of a work that had earned Argentina worldwide admiration and respect. He is delivering the country to the
sinister designs of the International Monetary Fund and other agencies, banks and foreign institutions. All his economic actions favor the powerful and mark a path of exclusion for the population”.
“The negative opposition in Congress is part of the ongoing coup the US and its local puppets are carrying out against Venezuela,” Calloni says.
While the United States and its network of partners and local employees –with applause from the hegemonic power– support Macri’s unconstitutional decrees, in Venezuela, the decree of “economic emergency” signed by President Nicolas Maduro, was rejected by the legislative opposition with the acquiescence of the same power.
Never before was the right more willing to violate the Constitution and call to sedition, warned former Venezuelan Vice-President and journalist Jose Vicente Rangel. “Seldom in our country had a coup been announced so clearly and at the same time so elusively; the option would be the presidential recall, but this option –within our constitution– is only tangentially alluded to.”
According to Rangel, the opposition sails in two rivers by affirming, on the one hand, that within six months Nicolas Maduro will leave –by peaceful and constitutional means–Miraflores Palace (seat of government) and, on the other, that they will not even wait that long to oust the Venezuelan president.
“The right has grown presumptuous after its legislative victory of last December 6. But they still remember the failed coup of 2002: a resounding failure that made them switch to peaceful methods –as the ones they are apparently trying to use now– to overthrow the socialist power, But neither the soft blows, the carnival costumes used to confuse, or the violent coups can occur with impunity,” concludes José Vicente Rangel.
April 19, 2016.
Por Manuel E. Yepe
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Venezuela y Brasil están siendo escenarios de una nueva modalidad de golpe de estado que haría retroceder el almanaque político del continente a tiempos peores. En Argentina, mientras tanto, se adelanta el modelo de demolición brutal de la democracia que pretenden la derecha oligárquica continental y las fuerzas hegemónicas del imperialismo estadounidense en la región.
Según se advierte en los adelantos que ponen a prueba la memoria histórica de los pueblos del continente, es difícil aceptar que los nuevos esquemas de golpes de estado sean realmente más blandos y encubiertos que aquellos que ha sufriera durante tanto tiempo América Latina.
Lo que se ha mostrado hasta ahora en Argentina no tiene nada que envidiar, en términos de desprecio por las masas, a los golpes de estado que implantaron las sangrientas dictaduras que brotaron en tiempos de la Operación Cóndor.
Cuando en Venezuela el presidente de la mayoría opositora en la Asamblea Nacional, Henry Ramos Allup, declara abiertamente que ante la gravedad de la crisis económica no vislumbra a Maduro concluyendo su mandato y que se debe terminar con el gobierno legítimo de Nicolás Maduro antes de seis meses, sin que ello lleve al secretario general de la Organización de Estados Americanos, Luis Almagro, a formular el menor reparo por tamañas “goriladas”, se advierte que se está regresando a la época del golpismo abierto y brutal en el patio trasero de Estados Unidos.
Entre tanto, en Argentina, el recién electo presidente Mauricio Macri adelanta la implementación de su “modelo democrático” con una demolición brutal de todo lo que había avanzado esa nación tras el derrumbe que sufrió como resultado de la crisis económica y política neoliberal de la que fue rescatado por los sucesivos gobiernos populares de Kichner y Cristina.
La escritora, periodista e investigadora argentina Stella Calloni, hace ver que el golpismo actual en Argentina comenzó el mismo día de la asunción de Macri, un empresario ultraderechista que desde 2007 (de acuerdo a WikiLeaks) ofreció sus servicios a la embajada de Estados Unidos en Buenos Aires.
“La ofensiva golpista comenzó con decretos que determinaron la intervención de instituciones y medidas absolutamente ilegales, como el nombramiento por decreto de dos de los jueces en la Corte Suprema. Todas las medidas económicas favorecen a los poderosos y marcan un camino de exclusión para el pueblo”, afirma Calloni.
Violando la constitución y las leyes, y gobernando por Decretos de Necesidad y Urgencia (DNU) desde diciembre de 2015, Macri inició un camino que con toda evidencia busca conducir al país a su entrega al poder hegemónico mundial y la destrucción una obra que le mereció a Argentina admiración y respeto de todo el mundo, entregándola a los siniestros designios del Fondo Monetario Internacional y otros organismos, bancos e instituciones extranjeras. “Todas sus medidas económicas favorecen a los poderosos y marcan un camino de exclusión para el pueblo”.
“La negativa opositora en el Congreso es parte del golpismo continuo que Estados Unidos y sus títeres locales ejecutan contra Venezuela, sostiene Calloni.
Mientras Estados Unidos y su red de asociados y empleados locales apoyan los decretazos anticonstitucionales de Macri, tan aplaudidos por el poder hegemónico, en Venezuela el decreto de “emergencia económica” firmado por el presidente Nicolás Maduro fue rechazado por la oposición legislativa con la complacencia de ese mismo poder. Nunca antes la derecha estuvo más dispuesta a violar la Carta Magna y llamar a la sedición, alertó el ex vicepresidente y periodista venezolano José Vicente Rangel. “Pocas veces en nuestro país se había anunciado un golpe de Estado de manera tan clara y, al mismo tiempo, tan elusiva; la opción sería el revocatorio presidencial, pero solo se alude tangencialmente a esa figura que consagra la actual ley de leyes”.
Según Rangel, la oposición navega en dos aguas al afirmar, por un lado, que en seis meses Nicolás Maduro saldrá por vías pacíficas y constitucionales del Palacio de Miraflores (sede del Gobierno) y, por el otro, que ni siquiera esperarán ese plazo para arremeter contra el mandatario.
“La derecha está ensoberbecida por la victoria legislativa del 6 de diciembre pasado. Pero recuerda todavía el fallido golpe de Estado de 2002, un fracaso rotundo que le hizo cambiar a métodos pacíficos para derrocar al poder socialista, como el que al parecer intentan utilizar ahora. Pero ni golpes blandos, ni disfraces carnavalescos utilizados para confundir, ni los golpes violentos pueden darse impunemente”, concluye José Vicente Rangel.
Abril 19 de 2016.
By Manuel E. Yepe
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A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.
In November 2015, Nick Turse, managing editor of TomDispatch.com and a fellow at the Nation Institute published his essay “The US’s Military Best-Kept Secret” that still raises eyebrows.
Turse has reported from the Middle East, Southeast Asia and Africa. His pieces have appeared in The New York Times, The Los Angeles Times, The Nation and regularly at TomDispatch. Turse’s New York Times bestseller Kill Anything That Moves: The Real American War in Vietnam received a 2014 American Book Award.
For years, the US military expansion in Africa has gone unnoticed thanks to a deliberate effort to keep the public misinformed.
In the shadows of what was once called the “Dark Continent,” very little has been heard about it … by deliberate choice. But look hard enough and –north to south, east to west– you’ll find the reasons for that silencing effort: in remote locales, behind fences and beyond the gaze of prying eyes, the US military has built an extensive archipelago of African outposts, transforming the continent, experts say, into a laboratory for a new kind of war.
So, how many US military bases are there in Africa? It’s a simple question with a simple answer. For years, US Africa Command (AFRICOM) gave a stock response: one. Camp Lemonnier in the tiny, sun-bleached nation of Djibouti was America’s only acknowledged “base” on the continent. It wasn’t true, of course, because there were camps, compounds, installations, and facilities elsewhere, but the military leaned hard on semantics to impose its logic.
Take a look at the Pentagon’s official list of bases, however, and the number grows. The 2015 report on the Department of Defense’s global property portfolio lists Camp Lemonnier and three other deep-rooted sites on or near the continent.
For years, various reporters have shed light on hush-hush outposts ––most of them built, upgraded, or expanded since 9/11– dotting the continent, including so-called cooperative security locations (CSLs). Earlier this year, AFRICOM commander General David Rodriguez disclosed that there were actually 11 such sites.
Research by TomDispatch indicates that in recent years the US military has, in fact, developed a remarkably extensive network of more than 60 outposts and access points in Africa. Some are currently being utilized, some are held in reserve, and some may be shuttered. These bases, camps, compounds, port facilities, fuel bunkers, and other sites can be found in at least 34 countries –more than 60 percent of the nations on the continent– many of them publicly classified by Washington as corrupt, repressive states with poor human rights records.
The United States also operates “Offices of Security Cooperation and Defense Attaché Offices in approximately 38 [African] nations,” according to Falvo, and has struck close to 30 agreements to use international airports in Africa as refueling centers.
When AFRICOM became an independent command in 2008, Camp Lemonnier was reportedly still one of the few American outposts on the continent. In the years since, the United States has embarked on nothing short of a building boom. As a result, it’s now able to carry out increasing numbers of overt and covert operations, from training exercises to drone assassinations.
“AFRICOM, as a new command, is basically a laboratory for a different kind of warfare and a different way of posturing forces,” says Richard Reeve, the director of the Sustainable Security Programme at the Oxford Research Group, a London-based think tank. “Apart from Djibouti, there’s no significant stockpiling of troops, equipment, or even aircraft. There are a myriad of ‘lily pads’ or small forward operating bases…so you can spread out even a small number of forces over a very large area and concentrate those forces quite quickly when necessary.”
Such a thought experiment, he suggests, could offer clues to what the future might hold now that the continent is dotted with American outposts, drone bases, and compounds for elite teams of Special Operations forces. “I think,” Reeve says, “that we could be looking at something a bit scarier in Africa.”
April 2, 2016.
Por Manuel E. Yepe
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En noviembre de 2015, Nick Turse, quien es el editor Gerente de TomDispatch.com y socio del Instituto de The Nation hizo público unensayo titulado “El secreto mejor guardado de los militares en EstadosUnidos” que aún levanta ronchas.
Turse ha sido corresponsal en el Medio Oriente, el sudeste de Asia yÁfrica, y sus trabajos aparecen en el New York Times, Los AngelesTimes, The Nation y regularmente en TomDispatch. Es autor del“bestseller” del New York Times “Matar cualquier cosa que se mueve: laverdadera guerra americana en Vietnam”, que recibió un American BookAward en 2014.
Durante años, la expansión militar estadounidense en África hapasado inadvertida gracias a un esfuerzo deliberado para mantener alpúblico desinformado.
A la sombra de lo que una vez se conoció como el “continente oscuro”,muy poco se ha escuchado acerca de él… por una decisión deliberada.Pero si se advierten en detalle, de norte a sur, de este a oeste, losfrutos de ese esfuerzo silenciador: en localidades remotas, detrás devallas y más allá de lo visible, el ejército estadounidense haconstruido un archipiélago extenso de enclaves militares,transformando el continente en lo que los expertos llaman unlaboratorio para un nuevo tipo de guerra.
De modo que ¿cuántas bases militares de Estados Unidos existen enÁfrica? Es una pregunta simple con respuesta no menos sencilla.Durante años, el comando África de Estados Unidos (AFRICOM) dio unarespuesta común: uno solo. El Campamento Lemonnier, en la pequeñanación blanqueada por el sol de Djibouti, era lo único que EstadosUnidos reconocía como “base” en el continente.
Por supuesto, tal cosa no es cierta, porque existen campos,compuestos, instalaciones y servicios en otros lugares, pero losmilitares se apoyan mucho en la semántica para imponer su lógica.Si se observa la lista oficial de bases del Pentágono, el númerocrece. El informe de 2015 en la cartera global del Departamento dedefensa sólo incluye el campamento Lemonnier y otros tres sitiosarraigadas en o cerca del continente.
Durante años, varios reporteros han arrojado luz sobre puestos deavanzada del secreto, la mayoría de los cuales construidos,actualizados o ampliados desde el 9/11, que salpican el continente,incluyendo localidades de seguridad cooperativa (CSLs). Este año, elcomandante del AFRICOM, General David Rodríguez, divulgó que habíarealmente once sitios de este tipo.
Una investigación llevada a cabo por TomDispatch indica que en losúltimos años los militares estadounidenses, han desarrollado una muyextensa red de más de 60 puestos y puntos de acceso en África. Algunosde ellos están siendo utilizados actualmente, otros que se mantienenen reserva, y el resto pudieran ser cerrados. Estas bases,campamentos, compuestos, instalaciones portuarias, bunkers decombustible y otros sitios se pueden encontrar en al menos 34 países,más del 60 por ciento de las naciones en el continente, incluyendomuchos países públicamente clasificados por Estados Unidos comocorruptos y represivos de acuerdo a la conducta de sus gobiernos enmateria de derechos humanos, según los registros de Washington.
Estados Unidos también opera “Oficinas de cooperación de seguridad” yAgregadurías de defensa en aproximadamente 38 países africanos, segúnFalvo y ha llegado a cerca de 30 acuerdos para utilizar aeropuertosinternacionales en África como centros de recarga.
Cuando el AFRICOM se convirtió en comando independiente en 2008,campamento Lemonnier era uno de los pocos puestos norteamericanos enel continente. En los años posteriores, Washington ha incrementado suconstrucción. Como resultado, ahora es capaz de llevar a cabo unnúmero creciente de misiones abiertas y encubiertas, desde ejerciciosde entrenamiento hasta asesinatos con drones.
“AFRICOM en un mando nuevo, básicamente un laboratorio para un tipodiferente de guerra y una manera diferente de fuerzas posturales,” hadicho Richard Reeve, director del programa de seguridad sostenible enel Oxford Research Group, un think tank con sede en Londres. “Apartede Djibouti, no hay ninguna acumulación importante de tropas, equiposo incluso aviones. Hay una gran variedad de pequeñas bases… por loque significa que se extendió un pequeño número de fuerzas sobre unárea muy grande que permiten una concentración de las fuerzas muyrápidamente cuando sea necesario”.
De modo que estamos ante un experimento que denota una estrategia quedeja ver un continente salpicado de puestos militares estadounidenses,bases de drones para asesinatos selectivos, todo operado por fuerzasde élite de operaciones especiales.
Richard Reeve se pregunta “¿Podríamos estar ante un cuadro másaterrador para África?”
Abril 2 de 2016.
By Manuel E. Yepe
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A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.
Two decades ago, on March 12, 1996, William J. Clinton, then President of the United States, signed and put into effect the Helms-Burton Act formally designated the Cuban Liberty and Democratic Solidarity Act. It was identified in Congress by the names of its main promoters, North Carolina Republican Senator Jesse Helms and Illinois Democratic Representative Dan Burton, with the backing of the most conservative and right-wing sectors in the US political spectrum and of Cuban emigration.
It was a legal instrument that clearly violated the United States Constitution and numerous acts of international law which regulate international political relations and US legal norms. It was aimed at attacking the laws and achievements of the Cuban people.
This law has been characterized as an infringement on the freedoms of trade and investment; a source of conflict with major US partners; and a violation of several rules governing the economic, commercial and financial relations between states. It is considered by experts, governments and organizations around the world as a legal aberration, against which numerous mirror-laws and antidote-laws have been adopted worldwide.
The Helms-Burton Act forces non-US companies to choose between having dealings with Cuba or the United States. This is achieved through threats of legal reprisals, including the eventual prohibition to enter US territory of non-complying company leaders.
Supposedly, the Helms Burton was the US government’s response to an incident that took place in February 1996, when Cuban government jet fighters shot down two private planes operated by a paramilitary group, “Brothers to the Rescue”, founded by counterrevolutionary Cubans based in South Florida. They were supposedly dedicated to providing help to Cuban rafters who left from the island to the United States.
In fact, these aircraft illegally and repeatedly carried out intelligence and subversive propaganda missions flying over Cuban airspace, ignoring warnings from the Cuban authorities about the serious risks these missions entailed.
In 1995, the draft law was presented to the Senate by Jesse Helms who was acting chair of its Foreign Relations Committee, and a similar one by Burton was presented in the House. Thereafter, they were amended ,modified and adjustmented, all intended to harm, not only the interests of the island of Cuba, but also those of any country deemed Cuba’s partner in any investment or commercial business.
Between September and October that year, both initiatives were approved. And although the Clinton administration had been opposed to signing the law, a majority vote in the Senate and House blocked the presidential veto.
The incident of the downed aircraft served as a pretext for pressing Clinton to give the presidential approval.
On 5 March, Congress approved the proposal; and on March 12, before television cameras, Clinton signed it into law in the presence of the main Washington-sponsored Cuban counterrevolutionary “leaders”.
In May of the same year the first penalties arising from the new law were given. The first impacted were Canadian, Swiss and French venture capital companies: Sherritt, Cementos Curacao, Domos and BM Group, that had invested in Cuba and were accused of “trading in confiscated property”.
The Helms Burton Act states that Cubans in exile were not compensated by the Cuban government when it confiscated their properties. According to its provisions they remain owners –in exile– of lands and possessions in Cuba, and no transaction could be made without their authorization. (It obviated the fact that the United States prohibited persons or entities under their jurisdiction to negotiate with the government of Cuba any compensation for the expropriation of those properties, as had their European counterparts).
The legal monstrosity embodied in the Helms Burton was designed not only to cause economic damages to Cuba, but also to prevent that any US administration that had the leadership in the future could repeal it. To this end, it raised the normative category of all regulations, rules and executive orders adopted since 1962 in relation to theblockade imposed on Cuba, regardless their previous normative hierarchy.
This is the reason why today the President of the United States does not have the authority to rectify the seizing of a faculty so essential for the exercise of the sovereign international relations of his country. A faculty that would allow him to rectify the shame of having subjected to a criminal siege a neighbor country –modest but dignified- which has been able to resist and overcome the empire.
March 13, 2016.
Por Manuel E. Yepe
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Hace dos décadas, el 12 de marzo de 1996, William J. Clinton, entonces presidente de los Estados Unidos, firmó y puso en vigor la llamada Ley Helms-Burton, oficialmente registrada como Ley de la libertad cubana y solidaridad democrática. Se le identificó en el Congreso por los nombres de sus principales promotores, el senador republicano por Carolina del Norte, Jesse Helms, y el representante demócrata por Illinois, Dan Burton, contando con el respaldo de los sectores más conservadores y derechistas del espectro político estadounidense y el de la emigración cubana.
Se trató de un instrumento legal claramente violatorio de la Constitución de Estados Unidos y de numerosos actos del derecho internacional que regulan las relaciones políticas y normas jurídicas estadounidenses, enfilado a agredir las leyes y logros del pueblo cubano.
Se ha señalado a esta ley como atentatoria contra las libertades de comercio e inversión; fuente de conflictos con los principales socios de Estados Unidos; violatoria de varias normas que regulan las relaciones económicas, comerciales y financieras entre los Estados, y es considerada por especialistas, gobiernos y organizaciones de todo el mundo como una aberración jurídica, contra la cual se han proclamado numerosas leyes-espejo y leyes-antídoto en todo el mundo. La Ley Helms Burton obliga a empresas no estadounidenses a elegir entre tener tratos con Cuba o con Estados Unidos mediante amenazas con represalias legales, entre las cuales la eventual prohibición de la entrada a suelo norteamericano a sus dirigentes.
Pretendidamente, la ley Helms Burton era la respuesta del gobierno norteamericano a un incidente que tuvo lugar en febrero de 1996, cuando aviones caza del gobierno cubano derribaron dos aviones privados operados por el grupo paramilitar “Hermanos al rescate”, integrado por cubanos contrarrevolucionarios radicados en el Sur del estado de la Florida, supuestamente dedicados a brindar ayuda a balseros cubanos emigrar de la isla hacia Estados Unidos.
En realidad, esos aviones realizaban misiones de inteligencia y propaganda subversiva al sobrevolar ilegal y reiteradamente el espacio aéreo de la isla, ignorando las advertencias por las autoridades cubanas por los serios riesgos que eso conlleva.
En 1995 el proyecto fue presentado al Senado por Jesse Helms quien fungía de presidente de su comité de relaciones exteriores y otro similar por Burton a la Cámara. A partir de entonces, sufrieron modificaciones y ajustes, destinados todos a perjudicar, no solo los intereses de la isla cubana, sino también a los de cualquier país que se proyectara como socio suyo en algún negocio inversionista o comercial.
Entre septiembre y octubre de ese año fueron aprobadas ambas iniciativas. Y, aunque la administración Clinton se había mostrado contraria a firmar la ley, la mayoría de votos en el Senado y la Cámara frenaban cualquier posibilidad de veto presidencial.
El incidente de los aviones derribados sirvió de pretexto para presionar a Clinton por la aprobación presidencial.
El 5 de marzo, el Congreso aprobó la propuesta y el 12 de marzo, ante las cámaras de televisión, Clinton la firmó como ley en presencia de los principales “líderes” contrarrevolucionarios cubanos patrocinados por Washington. En mayo del mismo, año se dieron las primeras sanciones emanadas de la nueva ley. Las primeras entidades impactadas fueron empresas de capital canadiense, suizo y francés: Sherrit, Cementos Curazao, Domos y BM Group, que invertían en Cuba y resultaron acusadas por “comerciar con propiedades confiscadas”.
La ley Helms Burton señala que los cubanos en exilio no fueron resarcidos por el gobierno cubano al serles confiscadas sus propiedades, por lo que seguían siendo dueños -en el exilio- de tierras y posesiones en Cuba, con las que no se podía comerciar sin autorización de éstos. (Se obviaba el hecho de que Estados Unidos prohibía a personas o entidades bajo su jurisdicción negociar con el gobierno de Cuba cualquier compensación por expropiación de esas propiedades, como había hecho sus similares europeos).
El engendro jurídico que significó la ley Helms Burton no sólo se propuso causar daños en el terreno económico a Cuba sino además impedir que cualquier gobierno estadounidense que en el futuro asumiera la conducción de la nación norteamericana pudiera derogarla y, a tal fin, elevó la categoría normativa de todas las regulaciones, normas y órdenes presidenciales adoptadas desde 1962 en relación al bloqueo impuesto a Cuba, sin distinción de jerarquía normativa.
Esta es la razón por la que hoy ni el propio Presidente de los Estados Unidos tiene autoridad para rectificar el secuestro de una facultad tan elemental para el ejercicio de la conducción soberana de las relaciones internacionales de su país como la que le permitiría corregir la vergüenza de haber sometido a asedio criminal a un pueblo vecino, pobre pero muy digno, que ha sido capaz de resistir y vencer al propio imperio.
Marzo 13 de 2016.
By Manuel E. Yepe
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A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.
Currently no one doubts that Donald Trump is heading for the Republican Party presidential nomination in the upcoming US elections.
Just a few weeks ago, the most reputable experts denied any possibility to “that multibillionaire clown” whom they considered a farcical element compatible with the electoral show in the model of representative democracy that the US has been trying to on the world. Almost every one took it for granted that, sooner rather than later, Trump would abandon the race to make way for more “serious” candidates.
Only a few insisted that “in the US of America everything is possible” mentioning similar antecedents such as Nixon, Reagan and George W. Bush Jr.
Now observers of all wakes, even Trump’s bitter rivals, are predicting that he will triumph in most March primaries and that it will be virtually impossible to deny him the nomination.
Trump has left behind –after months of campaigning– candidates as important in the national political panorama as Jeb Bush, the former Florida governor and son and brother of US presidents, as well as a long list of governors, senators and prominent names in politics and finance. Only remaining in the race with any chance of getting the Republican nomination: Texas Senator Ted Cruz, and Florida Senator Marco Rubio; both children of Cuban immigrants promoted by the most reactionary sectors of US politics.
So far, Senator Cruz has been the only candidate for the Republican nomination to defeat Trump in the polls –narrowly in Iowa. After that, Cruz has had to be content with third place, always very close to Senator Rubio, who reached second place in recent primaries. As for Trump, although he came in second in Iowa, he has won with high percentages in the remaining contests.
Particularly striking is the way by which Trump –the wealthiest presidential aspirant in recent decades— has become precisely the candidate who enjoys a higher degree ofmedia attention and advertising, without having to spend money on propaganda. His image appears on TV practically all day long –morning, noon and night– withouthaving to invest a cent, although he is constantly criticized and even denigrated by reporters and commentators.
And, the more outrageous and obscene his statements, the more his popularity increases.
Although Trump has become the almost inevitable candidate for the most conservative party of the two that dominate US politics, he cannot be said to be an absolute reactionary, because he has favored both conservative and liberal causes in different situations. It is said that he has financially contributed more to the electoral campaigns of Democrats than to those of Republican candidates.
According to the well-informed US-based Dominican historian and essayistMarcos Antonio Ramos, “If Trump becomes President, the Republican Party will only have in the White House an occasional supporter; a ruler who will not be subject to the parliamentary leaders of his party. His would be a Trump administration, not a Republican administration. “
According to Ramos, “Trump speaks well of Russian President Vladimir Putin, is notopposed to the normalization of relations with Cuba, and offers to solve the Israeli-Palestinian dispute through compromise …
“More mysterious is the fact that being a Republican … and despite being a billionaire, his words are particularly attractive to poor white people without many academic credentials. Underestimating Trump would be wrong and foolish! “
“Trump attracts not only conservatives, but also “moderates” and many Democrats. His main problem will be –after becoming the presidential candidate– the avalanche of African-American, Latino and strongly-militant Democratic voters who would disregard their differences with the likely Democratic candidate, Hillary Clinton, to prevent the triumph of Trump. “
On February 27, in the South Carolina Democratic primaries, Clinton received more support from African-American voters than that obtained by Barack Obama in the 2008 primaries.
The November elections will be hotly contested. Both Trump and Clinton have a chance of victory. And the impact of the polarizing effect left by the current campaign on the political future of the country with the entry into the political arena of the popular and socialist alternative brought by Bernie Sanders cannot be measured yet.
March 8, 2016.
Por Manuel E. Yepe
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Ya nadie duda que Donald Trump se encamine a la nominación
presidencial del Partido Republicano en las próximas elecciones estadounidenses.
Hace apenas algunas semanas los expertos más acreditados le negaban posibilidad alguna a “ese payaso multibillonario” a quien consideraban un elemento burlesco compatible con el espectáculo electoral en el modelo de democracia representativa que Estados viene imponiendo al mundo. Casi todos daban por seguro que, más temprano que tarde, Trump abandonaría la carrera para dar paso a aspirantes más “serios”. Solo unos pocos insistían en que “en Estados Unidos todo es posible”, citando antecedentes similares como los casos de Nixon, Reagan y George W. Bush Jr.
Ahora, observadores de todas las tendencias, incluso rivales acerbos de Trump, pronostican que triunfará en la mayoría de las elecciones primarias de marzo y que será prácticamente imposible negarle la postulación.
Trump ha dejado atrás, luego de meses de campaña, a figuras tan importantes en el panorama político nacional como Jeb Bush, ex gobernador de la Florida, hijo y hermano de Presidentes de Estados Unidos, y a una larga lista de gobernadores, senadores y figuras prominentes de la política y las finanzas. Con alguna posibilidad de lograr la nominación, sólo permanecen en la carrera por la nominación, en campo republicano, el senador por Texas Ted Cruz y el senador por Florida Marco Rubio, ambos hijos de inmigrantes cubanos aupados por los sectores más retrógrados de la política estadounidense.
Hasta el momento el senador Cruz ha sido el único aspirante
republicano a la nominación que ha logrado derrotar a Trump en las urnas – por escaso margen en las asambleas de Iowa-, pero después ha tenido que contentarse con terceros lugares, siempre muy cerca del senador Rubio, quien logró el segundo lugar en primarias recientes. En cuanto a Trump, si bien quedó en segundo lugar en Iowa, ha prevalecido por altísimos porcentajes en el resto de las contiendas.
Llama la atención la manera en que la candidatura de Trump, el más acaudalado aspirante a la Presidencia en las últimas décadas, es precisamente el aspirante que disfruta de un grado más alto de atención de los medios de comunicación social y publicidad, sin tener que invertir dinero en propaganda. Su imagen aparece en la televisión prácticamente durante todo el día – mañana, tarde y noche – sin necesidad de invertir un centavo, a pesar de que es constantemente criticado y hasta denigrado por reporteros y comentaristas.
Y, mientras más escandalosas y obscenas sus declaraciones, más aumentan su popularidad.
Aunque Trump se ha convertido en el candidato casi inevitable del partido más conservador de los dos que dominan la política
norteamericana, no puede decirse que sea un retrógrado absoluto, porque ha favorecido tanto causas conservadoras como liberales en diferentes coyunturas. Se asegura que ha contribuido financieramente más a campañas electorales de demócratas que a las de aspirantes republicanos.
Según afirma el muy documentado historiador y ensayista dominicano radicado en EE.UU. Marcos Antonio Ramos, “Si Trump se convierte en Presidente, el Partido Republicano sólo tendrá en la Casa Blanca a un partidario ocasional, un gobernante que no se sujetará a los líderes parlamentarios de su partido. Sería una administración Trump, no una administración republicana”.
Según Ramos, “Trump habla bien del Presidente ruso Vladimir Putin, no se opone a la normalización de relaciones con Cuba y ofrece solucionar mediante arreglos el diferendo judío-palestino…
“Más misterioso es el hecho de que siendo republicano… y a pesar de su condición de billonario, sus palabras atraen sobre todo a personas pobres de raza blanca y sin demasiadas credenciales académicas. ¡Subestimar a Trump sería erróneo y descabellado!”
“Trump atrae no sólo a conservadores, sino a los “moderados” y a muchos demócratas. Su problema principal será, después de ser candidato, la avalancha de votantes afroamericanos, hispanos y de firme militancia demócrata que pasaría por encima de cualquier discrepancia con la probable candidata demócrata Hillary Clinton para evitar el triunfo de Trump”.
El 27 de febrero, en las primarias demócratas de Carolina del Sur, Clinton recibió un apoyo mayor del electorado afroamericano que el obtenido por Barack Obama en las primarias del 2008.
Las elecciones de noviembre serán reñidas. Tanto Trump como Clinton tienen posibilidades de victoria. Y no puede medirse aún lo que significará para el futuro político del país el efecto polarizador que dejará la actual campaña con la entrada en el ruedo de la alternativa popular y socialista que ha aportado la figura de Bernie Sanders.
Marzo 8 de 2016.
By Manuel E. Yepe
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A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.
I imagine that a large number of people from the US are now extremely concerned about the safety of their President, Barack Obama, during the days that he will be in Cuba with his family.
It is ironic that the President has decided to be accompanied in his official trip to Cuba by the First Lady and their two teenage daughters, considering that it is a country that for over half a century has been described by the great US corporate media as a kind of ungovernable hell without democracy. A country against which the United States was forced –for these reasons– to impose a punishing embargo that has failed by not having achieved its purpose of deposing the communist regime, and therefore will have to be lifted.
The US government should have explained to its people that, when the Cuban Revolution came to power in 1959, the struggle that brought together the Cuban people against the corrupt dictatorship of Batista –a strong ally of Washington– was first and above all things a struggle for human rights and in favor of justice.
The US people need to know that Cuba is one of the few countries where, since 1959, not a single prisoner has been tortured, nor a single extrajudicial execution has ever taken place. It is a country where, since 1959, police forces have never used tanks, shock shields, clubs or other forms of excessive violence against demonstrators.
Cuba is now an exceptional democracy in the hemisphere because it is the only country where, since 1959, there have been no paramilitary forces, death squads, extrajudicial killings, disappeared persons, tortured prisoners, or violence against the people.
In Cuba, since 1959 (with the exception of the US Naval Base in Guantanamo), no prisoner has ever been killed, tortured, taken to a foreign country to be tortured, rapedlocked up without trial, or simply ” disappeared” in the style of the dictatorships sponsored by the US on the continent.
In Cuba, since 1959, only in the US Naval Base in Guantanamo there have been civilian and military leaders who allow the “breaking” of prisoners by using techniques of sensory depression, isolation, sleep deprivation, forced nudity, fear generated by trained dogs, sexual or cultural humiliation, mock execution, threats of death or violence against the detainees or their loved ones, and other inhumane practices equivalent to physical torture.
In fact (and this is something that many people will probably hear for the firsttime because of global media control by the US) in Cuba there is not a single political prisoner, if by such we define persons imprisoned for expressing their own political ideas, opposed to the government.
Cuba has a firm commitment to the promotion and protection of human rights. Cuba not only has signed and ratified all the international instruments on the matter but has also maintained a high level of cooperation with the international bodies for the promotion and protection of human rights in the world.
Cubans find particularly unfounded and insulting the media and diplomatic campaigns directed against our country based on alleged violations of human rights, because thestrict respect for the integrity of each individual has been the guideline of the Cuban Revolution and a requirement that has accompanied and served the revolutionary cause since the years of the struggle against the dictatorship of Fulgencio Batista who was sustained by the United States.
While the forces of the tyranny –supported trained and mentored by US military– killed, tortured and committed abuses against detainees suspected of being revolutionaries, the revolutionaries strictly respected the integrity of each member of the government’s police and other armed forces who were their prisoners.
This behavior resulted in a marked willingness of the government forces to surrender when they were asked to do so by the revolutionary fighters, in sharp contrast with the invariable attitude of patriots to always resist until death.
Strict respect for the human rights of our enemies has probably been one of the most effective resources in the struggle of Cuban revolutionaries for independence, self-determination and social justice, both throughout history, as in the present. And we Cubans are proud of this.
The streets and neighborhoods of Cuba, as well as its fields in the countryside, are humble places, but safe.
Let the US president, his family, and his entourage be welcomed! Here, they will be respected and safe!
March 10, 2016
Por Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
Imagino que un gran número de estadounidense estén ahora sumamentepreocupados por la seguridad de su Presidente, Barack Obama, durantelos días que permanecerá en Cuba con su familia.
Es irónico el hecho de que el Primer Mandatario se haga acompañar ensu viaje oficial a la Isla por la Primera Dama y sus dos hijasadolescentes a un país que, durante más de medio siglo, ha sidodescrito por la gran prensa corporativa estadounidense como algosemejante al infierno, sin democracia e ingobernable. Un país contrael cual Estados Unidos se vio obligado por esos motivos a imponer unembargo correctivo que ha fracasado por no haber logrado su propósitode deponer al régimen comunista y por ello tendrá que ser levantado.
El gobierno estadounidense debió haberle aclarado a su pueblo que,cuando la revolución cubana llegó al poder en 1959, la lucha queunificaba al pueblo cubano contra la corrupta tiranía de Batista -fuerte aliado de Washington- era en primer lugar y por sobre todas lascosas, una lucha por los derechos humanos y en aras de la justicia.
El pueblo norteamericano debía estar informado que Cuba es uno de losescasos países donde, desde 1959, no ha sido torturado un soloprisionero, donde nunca ha tenido lugar una sola ejecuciónextrajudicial, donde jamás las fuerzas policiales han usado tanques nigolpes de escudos, toletes u otras formas de violencia exageradacontra manifestantes.
Cuba es en la actualidad una democracia excepcional en el hemisferioporque es el único país donde, desde 1959, no han existido fuerzasparamilitares ni escuadrones de la muerte, ni condenasextrajudiciales, ni desapariciones, ni torturas de prisioneros, ni seha utilizado violencia alguna contra el pueblo.
En Cuba, desde 1959, (si se exceptúa la Base Naval de EEUU enGuantánamo), ningún prisionero ha sido jamás asesinado, torturado,llevado a un país extranjero para ser torturado a distancia, violadosexualmente, encerrado sin juicio o sencillamente hecho “desaparecer”al estilo de las dictaduras patrocinadas por EE.UU. en el continente.
En Cuba, desde 1959, solo en la Base Naval estadounidense deGuantánamo ha habido dirigentes civiles y militares que permitan“quebrar” prisioneros mediante el uso de técnicas de depresiónsensorial, aislamiento, depresión por sueño, nudismo forzoso, miedoinspirado por perros entrenados, humillación sexual o cultural,ejecución simulada y amenazas de violencia o muerte contra detenidoso sus seres queridos, y otras prácticas inhumanas equivalentes a latortura física.
De hecho, (y esto es algo que probablemente muchos oirán por primeravez a causa del control mediático global estadounidense) en Cuba nohay un solo preso político, si por tal se entiende personasencarceladas por expresar ideas políticas propias, contrarias algobierno.
Cuba tiene un firme compromiso con la promoción y protección de losderechos humanos. Cuba ha firmado y ratificado todos los instrumentosinternacionales sobre la materia sino que ha mantenido un elevadonivel de cooperación con los mecanismos internacionales para lapromoción y protección de los derechos humanos universalmente.
Los cubanos encontramos particularmente infundadas e insultantes lascampañas mediáticas y diplomáticas dirigidas contra nuestro paísbasadas en supuestas violaciones de los derechos humanos, porque elmás estricto respeto por la integridad de cada individuo ha sido laguía de la revolución cubana y una exigencia que ha acompañado yservido a la causa revolucionaria desde los años de lucha contra ladictadora de Fulgencio Batista que Estados Unidos patrocinaba.
Mientras las fuerzas de la tiranía, apoyadas entrenadas y asesoradaspor militares de EEUU, mataban, torturaban y cometían abusos contralos detenidos sospechosos de ser revolucionarios, los revolucionarios,respetaban estrictamente la integridad de cada miembro de la policíagubernamental y otros militares que hacían prisioneros.
Esta conducta provocó en las fuerzas gubernamentales una marcadadisposición a rendirse cuando les conminaban a ello los combatientesrevolucionarios, lo que contrastaba agudamente con la invariableactitud de los patriotas de resistir siempre hasta morir.
El estricto respeto de los derechos humanos de nuestros enemigos hasido probablemente uno de los más efectivos recursos en la lucha delos revolucionarios cubanos por la independencia, la autodeterminacióny la justicia social, tanto a lo largo de la historia, como en elpresente. Y los cubanos estamos orgullosos de esto.Las calles y barrios de las ciudades cubanas, así como los campos delpaís son lugares humildes, pero seguros.
¡Que sea bienvenido a Cuba el Presidente de Estados Unidos, su familiay su comitiva! ¡Aquí, serán respetados y estarán seguros!
Marzo 10 de 2016
By Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.
“To understand today’s imperialist political doctrines we must keep in mind their foundations which began taking explicit shape in the first third of the seventeenth century and have continued developing to this day … “.
With this introduction, Reverend Pablo Odén Marichal, member of the National Assembly of People’s Power [Cuban Parliament] and Executive Secretary of the Council of Churches of Cuba presented his work “The Churches and Ecumenical Movement facing new challenges with the normalization of relations between Cuba and the United States” at the Evangelical Theology Seminary held in May 2015.
Reverend Marichal explained that, in the seventeenth century, even before theDeclaration of Independence by the Thirteen Colonies, there was talk about whatwould later be known as American Exceptionalism, rooted in the Puritan heritage of the United States and which had as one of its most popular promoters the Puritan minister John Winthrop. In a sermon delivered in 1630, Winthrop proclaimed the establishment of “a virtuous community that will shine as an example to the Old World.”
Marichal emphasized that it is such Puritan ideology that makes it possible that the first black US president today asserts that he considers himself a descendant of immigrants and not of slaves, and who claims that his nation is “exceptional”.
“Not long after their arrival on the northeastern shores of what today is the United States of America today, the first settlers –Protestant Puritans, both English and Scots–believed that God had led them there for the realization of a “special design from heaven”, a special mission that had at its core piety, and the moral principle of doing good by every citizen.
In 1845, American journalist John L. O’Sullivan –who already in had 1839 argued that the United States had a “divine destiny” which gave it the right “to establish on earth the moral dignity and salvation of man”– coined the term Manifest Destiny and predictedthat, sharing these values, the United States would be a “union of many republics”.
The Monroe Doctrine –drafted by John Quincy Adams while he was State Secretary for James Monroe’s– warned the European states against intervening in [Latin] America, with the famous slogan “America for the Americans”.
In 1823, John Quincy Adams, Secretary of State under President James Monroe, echoing geographic determinism, enunciated his doctrine of “ripe apple” (or the law of geographical gravitation) which stated that “Cuba, once separated from Spain …, unable to stand alone, would inevitably gravitate toward the North American Union, and for the Union … it would be impossible not to admit it within.”
In 1904, President Theodore Roosevelt said that the US had the right to intervene in any Latin American nation that acted incorrectly in its domestic or foreign policy. His corollary to the Monroe Doctrine justified further interference in the Caribbean statesduring the presidential terms of William Howard Taft (1909-1913) and Woodrow Wilson (1913-1921).The creation of the Organization of American States (1948), whose aim was to maintain the Monroe Doctrine and prevent communism from spreading through Latin America, served for the US to undertake actions such as the overthrow of President Jacobo Arbenz of Guatemala, in 1954; the failed Bay of Pigs Invasion in Cuba, in 1961; the military intervention to support Ramon Balaguer in the Dominican Republic, in 1965; the overthrow of Salvador Allende in Chile, in 1973; the invasion of Grenada in 1983; support for the army of the Salvadoran tyranny in its fight against the patriotic guerrillas; and support for the Nicaraguan Contras, who fought the Sandinista government in the 1980s.
Several have been the military and political doctrines that US regimes have applied against Latin America, almost all inspired in the dichotomy between the carrot and the big stick (“speak softly but carry a big stick “). Reverend Marichal mentioned the best-known:
Theodore Roosevelt’s corollary to the Monroe Doctrine; the Truman doctrine aimed at “preventing the spread of communism throughout the world”; Eisenhower’s policy of massive retaliation or military containment; Kennedy’s expansion of democracy and the free market; Johnson’s limited or “preventive wars”; Nixon’s “collective security”; Clinton’s use of force to access key markets and energy supplies; Bush’s preventive nuclear war and war on terror; and finally Barack Obama’s “smart power” which makes use of military power together with diplomacy.
March 3, 2016.
Por Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
“Para entender las doctrinas políticas imperialistas presentes, no pueden olvidarse aquellas fundacionales que comenzaron a articularse explícitamente desde el primer tercio del siglo XVII y las que se han continuando elaborando hasta nuestros días…”.
Con esta introducción, el Reverendo Pablo Odén Marichal, diputado a la Asamblea Nacional del Poder Popular y secretario ejecutivo del Consejo de Iglesias de Cuba presentó su trabajo “Las iglesias y el movimiento ecuménico ante los nuevos desafíos de la normalización de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos” en el Seminario Evangélico de Teología efectuado en mayo de 2015.
Explicaba el Reverendo que en el siglo XVII, aún antes de la Declaración de Independencia de las Trece Colonias, se habló de lo que sería conocido como American Exceptionalism, nacido de la herencia puritana de Estados Unidos y que tuvo como uno de sus más conocidos difusores al pastor puritano John Winthrop quien, en un sermón que pronunció en 1630 proclamó el establecimiento de “una comunidad virtuosa que brillará como ejemplo para el Viejo Mundo.”
Marichal destacaba que esa ideología puritana es la que hace posible que hoy el primer presidente norteamericano negro, afirme que se considera a sí mismo como descendiente de inmigrantes y no de esclavos, y que afirme que su nación es “excepcional”.
“No mucho tiempo después de su llegada a las costas nororientales de lo que hoy es Estados Unidos de América, los primeros colonos puritanos protestantes, tanto ingleses como escoceses, entendieron que Dios los había guiado hasta allí para la realización de un “designio especial del cielo”, una misión especial que tenía en su base la piedad y los principios morales del buen actuar de todo ciudadano. En 1845, el periodista norteamericano John L. O’Sullivan que ya en 1839 había sostenido que Estados Unidos tenía un “destino divino” que le daba derecho “a establecer sobre la tierra la dignidad moral y la salvación del hombre”, acuñó el término Destino Manifiesto y predijo que, compartiendo estos valores, Estados Unidos sería una “unión de muchas repúblicas”.
La Doctrina Monroe —redactada por John Quincy Adams siendo Secretario de Estado del gobierno de James Monroe—, prevenía a los estados europeos de intervenir en América, con el famoso lema de “América para los americanos”.
En 1823, John Quincy Adams, Secretario de Estado del presidente Monroe, haciéndose eco del determinismo geográfico, enunciaba su doctrina de la “fruta madura” (o de la ley de gravitación geográfica) que planteaba que “Cuba, una vez separada de España…, incapaz de sostenerse por sí sola, tiene que gravitar necesariamente hacia la Unión Norteamericana, y a la Unión…le será imposible dejar de admitirla en su seno.”
En 1904, el presidente Theodore Roosevelt sostuvo que EEUU tenía derecho a intervenir en cualquier nación latinoamericana que actuara incorrectamente en política interior o exterior. Su corolario a la Doctrina Monroe justificó nuevas injerencias en los estados del Caribe durante el mandato de Taft (1909-1913) y Woodrow Wilson (1913-1921). La creación de la Organización de Estados Americanos (1948), cuyo fin era mantener en práctica la Doctrina Monroe y evitar que el comunismo se extendiera por Latinoamérica, sirvió para que EEUU emprendiera acciones como el derrocamiento del presidente Jacobo Arbenz, de Guatemala, en 1954; la fracasada invasión de bahía de Cochinos, en Cuba, en 1961; la intervención militar para apoyar a Balaguer en República Dominicana en 1965; el derrocamiento en Chile de Salvador Allende en 1973; la invasión de Granada en 1983; el respaldo al Ejército de la tiranía salvadoreña en su lucha contra las guerrillas patrióticas, y el apoyo a la contra nicaragüense, que se enfrentaba al gobierno sandinista, en la década de 1980.
Diversas han sido las doctrinas político militares que han aplicado los regímenes estadounidense contra America Latina, inspiradas casi todas en la dicotomía de la zanahoria y el gran garrote (“habla suavemente —zanahoria— pero amenaza con un gran garrote”). El Reverendo Marichal cita las más conocidas:
El corolario a la doctrina Monroe de Theodore Roosevelt; la doctrina Truman dirigida a “contener el avance del comunismo en todo el mundo”; la Eisenhower de represalias masivas o de la contención militar; la Kennedy de la expansión de la democracia y el libre mercado; la Johnson de guerras limitadas o “preventivas; la de “seguridad colectiva” de Nixon; la Clinton del uso de la fuerza para acceder a mercados clave y suministros de energía; las dos de Bush de guerra nuclear preventiva y contra el Terror, hasta llegar a la doctrina Barack Obama del “smart power” o poder inteligente, que emplea el uso del poder militar junto con la diplomacia.
Marzo 3 de 2016.
By Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
A CubaNews translation.
Edited by Walter Lippmann.
Two years ago, Russian officials discussed plans to privatize a group of national enterprises headed by the oil producer ROSNEFT, the VTB Bank, AEROFLOT, and Russian Railways. The stated objective was to streamline the management of these companies, and also to induce oligarchs to begin bringing their two decades of capital flight back to invest in the Russia economy. Foreign participation was sought in cases where Western technology transfer and management techniques would be likely to help the Russian economy.
“However, the Russian economic outlook deteriorated as the United States pushed Western governments to impose economic sanctions against Russia and oil prices declined. This has made the Russian economy less attractive to foreign investors. So, sale of these companies will bring much lower prices today than would have been likely in 2014.”
This is the view of Paul Craig Roberts, US journalist and economist self-exiled in Europe, sharing authorship with fellow economist and writer Michael Hudson, in an article published on February 8th in Counterpunch. Craig is a former Assistant Secretary of the US Treasury and Associate Editor of the Wall Street Journal.
The article explains that the combination of a rising domestic budget deficit and balance-of-payments deficit has given Russian advocates of privatization an argument to press ahead with the sell-offs. The flaw in their logic is their neoliberal assumption that Russia cannot simply monetize its deficit, but needs to survive by selling off more major assets.
We have warned –declare the authors– against Russia being so gullible as to accept this dangerous neoliberal argument. Privatization will not help re-industrialize Russia’s economy, but will aggravate its turn into a rentier economy from which profits are extracted for the benefit of foreign owners.
According to Craig and Hudson, President Putin set a number of conditions to prevent new privatizations from being like the Yeltsin era’s disastrous selloffs. This time the assets would not be sold at knockdown prices, but would have to reflect prospective real value. The firms being sold off would remain under Russian jurisdiction, not operated by offshore owners (virtual companies in fiscal paradises).
Foreign investors are invited to participate, but the companies would remain subject to Russian laws and regulations, including requirements to keep their capital within Russia. Also, the firms to be privatized cannot be bought with domestic Russian State Bank credit. The aim is to draw “hard cash” into the buyouts.
Craig and Hudson say that despite the protections that President Putin added, there are serious reasons not to go ahead with the newly-announced privatizations. These reasons go beyond the fact that they would be sold under conditions of economic recession as a result of the Western economic sanctions and falling oil prices.
The excuse being cited by Russian officials for selling these companies at the present time is to finance the domestic budget deficit. According to Craig and Hudson, this excuse shows that Russia has still not recovered from the disastrous Western Atlanticist myth that Russia must depend on foreign banks and bondholders to create money, as if the Russian central bank cannot do this itself by monetizing the budget deficit.
Debt monetization is a common practice in the West. Monetization of budget deficits is precisely what the United States government has done, and what Western central banks have been doing in the post World War II era. Governments can help revive the economy by printing money instead of indebting the country to private creditors which drains the public sector of funds via interest payments to private creditors.
The incorrect belief that only private banks should create money by making loans is leading the Russian government down the same path that has led the Eurozone into a dead end economy. By privatizing credit creation, Europe has shifted economic planning from democratically-elected governments to the banking sector.
Paul Craig Roberts and Michael Hudson think there is no need for Russia to use privatization to cover a short-term budget problem because it creates a larger long-term problem. “Neoliberals are promoting it not to help Russia, but to bring Russia to its knees.”
February 27, 2016.
Por Manuel E. Yepe
http://manuelyepe.wordpress.com/
Hace dos años que las autoridades rusas discuten planes para privatizar un grupo de empresas nacionales encabezado por la petrolera ROSNEFT, el Banco VTB, AEROFLOT y los ferrocarriles rusos. El objetivo es optimizar la administración de estas empresas e inducir a otros oligarcas a repatriar sus capitales formados en las dos últimas décadas e invertirlos en la economía de Rusia, por considerar que la transferencia de tecnología y de técnicas de gestión occidentales beneficiará a la economía rusa.
“Pero las perspectivas económicas rusas se deterioraron cuando Estados Unidos presionó a los gobiernos occidentales a imponer sanciones económicas contra Rusia y disminuyeron los precios del petróleo. Esto ha hecho a la economía rusa menos atractiva para los inversionistas extranjeros y por ello la venta de estas empresas tendrá que hacerse a precios más bajos que los que probablemente habrían tenido en el 2014”.
Lo anterior es el criterio de Paul Craig Roberts, economista y periodista estadounidense autoexiliado en Europa, compartiendo autoría con el también economista y escritor Michael Hudson, en un artículo publicado de 8 de febrero en la revista digital Counterpunch. En Estados Unidos Craig se ha desempeñado como Secretario Asistente del Tesoro y ha sido editor asociado del Wall Street Journal. El artículo explica que la combinación de un creciente déficit del presupuesto nacional y unido al de la balanza de pagos ha dado a los rusos que defienden la privatización un argumento a favor de su tesis neoliberal de que Rusia simplemente no puede monetizar su déficit para sobrevivir sino mediante la venta de sus principales activos. Hemos advertido a Rusia – afirman los autores del artículo – contra la aceptación de este peligroso argumento neoliberal porque la privatización, lejos de ayudar a reindustrializar la economía de Rusia, agravaría los problemas de una economía rentista de la que se extraen beneficios en beneficio de propietarios extranjeros. Según ellos, el Presidente Putin establecerá un número de condiciones para evitar que las nuevas privatizaciones sean tan desastrosas como las similares de la era Yeltsin. Esta vez los activos no se venderían a precios de liquidación, sino que tenderán a reflejar su valor real. Las empresas vendidas permanecerán bajo jurisdicción rusa y no podrán ser operadas por dueños de entidades “offshore” (empresas virtuales situadas en paraísos fiscales).
Los inversionistas extranjeros serán invitados a participar, pero las empresas quedarán sujetas a las leyes rusas, incluyendo a las restricciones que les obliga a mantener su capital en Rusia. Además, al ser privatizadas las empresas, éstas no podrían ser compradas con créditos del Banco de Estado ruso. El objetivo es sacar de los adquirentes “dinero contante y sonante”.
Según Craig y Hudson, más allá de estos resguardos decididos por el Presidente Putin, hay otras serias razones para no continuar con las privatizaciones anunciadas, que se unen a la circunstancia de que tales ventas se harán en condiciones de recesión económica derivadas de las sanciones económicas occidentales y la caída de los precios del petróleo.
El argumento citado por las autoridades rusas para vender estas empresas ahora es la necesidad de financiar el déficit presupuestario nacional, excusa que, según Craig y Hudson, demuestra que Rusia aún no se ha recuperado del desastroso mito occidental atlantista de que la gran nación euroasiática está obligada a depender de los bancos extranjeros y de los tenedores de los bonos para crear dinero, como si el banco central ruso no pudiera actuar de esa manera para monetizar el déficit.
La monetización de la deuda y de los déficits presupuestarios son prácticas comunes en occidente. Es esto lo que han estado haciendo en toda la era posterior a la II Guerra Mundial el gobierno de Estados Unidos y los bancos centrales occidentales. Los gobiernos pueden ayudar a reactivar la economía imprimiendo dinero en vez de endeudando el país con acreedores privados que drenan el sector público de fondos a través de los pagos de intereses a éstos.
Esta errónea creencia está llevando el gobierno ruso por el mismo sendero que ha llevado a la zona del euro a un callejón sin salida en la economía. Mediante la privatización del crédito, Europa ha transferido a la banca la facultad de planificar la economía que corresponde a gobiernos elegidos democráticamente.
En opinión de Raul Craig Roberts y Michael Hudson, usar la privatización para cubrir un problema de presupuesto a corto plazo crea un problema mayor a largo plazo. “Los neoliberales promueven estas prácticas no para ayudar a Rusia, sino a ponerla de rodillas”.
Febrero 27 de 2016.
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